miércoles, 28 de septiembre de 2016

"MIS SIGNOS…. CADA VEZ MÁS VITALES". Por María José Vicente García



" Hace cuatro años, por circunstancias muy casuales, que no vienen al caso, comencé a trabajar en un equipo de cuidados paliativos domiciliarios. Siempre he sido una enfermera motivada y con inquietudes pero, la verdad es que por esa época, después de  casi 30 años trabajando, me sentía un poco como una autónoma, controlaba casi automáticamente el trabajo, modestia aparte, y eso hacía que careciera de estímulos que me aportaran el entusiasmo que yo creía necesario en mi profesión.

Entonces me ofrecieron la oportunidad de sustituir unos meses a la enfermera del equipo de paliativos domiciliarios, (dicho sea de paso  yo ya tenía inquietudes en este sentido, no en vano había hecho el Máster en Paliativos ), por supuesto no lo pensé ni un minuto y a partir de esa decisión noté un cambio en mi que se tradujo en volver a estudiar , leer todo lo que caía en mis manos con relación al tema….. en fin tenía otra vez el estímulo que necesitaba para recuperar la motivación de cuando empezaba mi carrera.



   Por entonces, hace cuatro años como digo, Luis Eduardo Aute publicó un trabajo ( El niño que miraba el mar) del que formaba parte un tema ( Señales de vida ), que desde que lo oí por primera vez, me recordó la sensación que tuve al comenzar a tener contacto con mis pacientes, ellos que estaban acabando sus vidas me daban a mí una motivación extra para seguir la mía con más ilusión y ganas de devolverles un poco de esas señales de vida, de forma cualitativa que no cuantitativa, por desgracia, volvía a sentirme útil a la vez que estaba contenta, y os puedo asegurar que mi estado de ánimo trascendía, no solo era una sensación subjetiva, la gente de mi alrededor lo notaba, no podían entender que estando en contacto con tanto sufrimiento y muerte pudiera sentirme a la vez tan viva, profesionalmente hablando, volvía a sentir  “SEÑALES DE VIDA”, mi trabajo ya no era monótono, solo con ver las miradas de mis pacientes  sentía que  lo que hacía  merecía la pena .


Se  me ocurrió escribir mi experiencia en este blog porque, cada día veo compañer@s que están desmotivados, no se sienten valorados, no tenemos estímulos, todos sufrimos los tan traídos y llevados recortes pero quiero animaros a tod@s a que no perdáis la ilusión porque en nuestro trabajo siempre hay alguien que nos valora y nos lo agradece con una mirada, una sonrisa… eso, os puedo asegurar es el mayor de los reconocimientos que nadie puede tener.

1 comentario:

  1. Qué buena reflexión!!! Además cualquiera que haya trabajado mínimamente contigo conoce tu motivación. Contagias entusiasmo!

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